jueves, 10 de mayo de 2007

Publicidad de duración Criollita

Agarré la galleta con mi mano izquierda, simultáneamente en la tele empezaba la propaganda de un auto que estaba musicalizada por un híbrido cimarrón de un tema de los Stones para no pagar derechos. Con mi mano derecha hundí el cuchillo en el dulce de leche y cayó en medio de la galleta, para que el cuchillo pueda esparcir el dulce por toda la superficie de la criollita tamaño grande. Resultó insuficiente, sólo quedó cubierto el centro. Volví a untar un poco más que cargué sobre la punta del cuchillo, el rulo pegajoso apenas se mantenía en el filo. Tambaleaba y estiraba sobre la superficie que movía mi mano. Aterrizó sobre la esquina inferior izquierda de la galleta, pero mi movimiento fue algo brusco y la galleta se mareó entre mis dedos y casi cae. Mi palma supo estabilizarla mientras, independiente a mi voluntad, la mano derecha intentaba tender la capa de dulce de leche sobre la criollita, como si estuviera tendiendo una cama y tratando de que quede pareja en toda superficie. Por la fuerza del cuchillo, se partió un pedacito de la esquina inferior derecha. Cae sobre la mesa. Dejo de intentar cumplir la tarea de untar la galleta e intento recobrar los restos. El dulce manchó el vidrio, lo limpio pero no queda bien. Tomo aire y vuelvo terminar mi misión. Con un movimiento decidido y aguerrido el cuchillo se desliza rápidamente y la galleta queda perfecta. Meto la criollita en mi boca y vuelvo la atención a la tele. Perturbado, compruebo que la propaganda del auto esta recién terminando.
Eso es lo que yo llamo un comercial larguíiiiiiiiiiiiiiiiisimo.