martes, 10 de junio de 2008

Astrologando

Es sumamente necesario, completamente vital y absolutamente menester que todos los diarios y revistas que publican horóscopos se dejen de decirme lo maravilloso, inteligente, analítico, artístico, pragmático, genial, sensible y perceptivo que soy, y que ya no me digan para qué es ideal el día o la semana.
Realmente, no me sirve de nada ser halagado por un pedazo de papel que un par de centímetros más abajo me va a hacer sentir un idiota con el crucigrama y mucho menos me sirven los cumplidos de un tipo que le confía mi destino a un grupo de animales de granja. Ya es momento de que el horóscopo me diga cosas que no sé. Qué no hacer ese día, en qué no gastar plata porque sino me voy a arrepentir, a quién no hacerle caso, qué película no ir a ver al cine y qué comentarios dejar de hacer en público.
Porque la última vez que me leí que iba a ser un excelente día para tomar decisiones terminé comprando una remera verde manzana, un cd de Sheryl Crow y de novio con una piba que le hablaba a sus plantas.