domingo, 12 de agosto de 2007

Guillermo

Siempre lo veo de noche, después de las nueve, esperando un micro en frente del colegio militar. Dice que espera el 12 Flor de Cuyo. Tiene ojos grandes y piel brillante y gruesa. Le habla a nadie todo el tiempo, en realidad tira pies para entablar conversaciones. Cuanto frío hace. Que no viene el micro. Espero el 12. El 12. El clima, vio?. La camisa es nueva, nueva. Se hace tarde...y con este frío, encima el 12 que no viene, no viene. Y yo con la camisa nueva...Se acomoda el cuello. Saluda. Se sienta. Mira su muñeca buscando la hora. Se cruza de piernas. Se para. Saluda a alguien que pasa. Saluda a los que están en la parada. Mueve los brazos arreglando sus mangas. Mete las manos en sus bolsillos. Levanta las cejas. Y no para de hablar. Se sienta. Se cruza de piernas. Vuelve a mirar la hora. Arregla su corbata, su pantalón. Se toca la nariz. Se acomoda el peinado. Se toca el contorno de los labios. Se aclara la garganta. Pregunta si alguien vio pasar el 12, porque tiene que llegar temprano.
Guillermo seguramente fue conductor de televisión en otro lugar y en otro tiempo. Uno de esos shows que duran todo el domingo, con juegos, sorteos, entrevistas, bailarines, cantantes y jugosos premios. Guillermo fue famoso, querido y carismático. Fue una de las grandes estrellas del Canal 4. Hasta un domingo ruin en el que, durante el gran juego de La Pesca de Tacitas, un niño se resbaló y cayó en la Pecera de las Tazas. El concursante se hundió en la marea de porcelana falsa partiéndose la cabeza contra el acrílico. El director de piso cruzó la escenografía bañado en sudor helado, cuando en el monitor vio cómo el manchón de sangre lentamente salía de la cabeza inmóvil del niño. Guillermo sintió su corazón detenerse y un zumbido que crecía en sus oídos. Quedó paralizado. En aquel momento su mente fue reemplazada por otra cosa, el Guillermo de "Domingos Familiares" se había ido junto con el niño.
El programa fue inmediatamente sacado del aire y el siguiente domingo pusieron una doble función de Hollywood en Castellano. Guillermo no volvió a su casa, se quedó al menos dos meses encerrado en el Gran Hotel Provincial, que pertenecía a los dueños del canal. Durante aquel tiempo no habló con nadie y ni siquiera fue a la reunión con el gerente de programación, donde se le iba a explicar que el programa no podía seguir en el aire porque todos los auspiciantes habían decidido retirar sus marcas del show. Sólo balbuceaba sus latiguillos inconscientemente, como pensando en voz alta.
Fue así que Guillermo decidió dejar su provincia y se fue en el primer micro que saliera de la terminal la mañana de ese martes ventoso. Esa misma noche llegó a Mendoza cargado de una afeitadora eléctrica, tres camisas nuevas color crema, dos pantalones de vestir marrones, un cepillo dental, un peine y un disco Julio Sosa.
Al pisar la terminal recordó que tenía un primo que vivía en un barrio detrás del puente Baigorria y decidió preguntar al chofer si algún colectivo lo dejaba cerca del puente, "el 12 Flor de Cuyo, maestro" le respondió la cabeza inclinada del chofer.