jueves, 2 de agosto de 2007

Chau don Julio

Bueno, hace siglos que realmente no escribo en ningún lugar, ni siquiera acá. Lo cual no está deviniendo en un cráneo lleno de ideas y comentarios fantásticos que tengan que ser llevados a algún formato perceptible. Como un buen ejemplo del descampado creativo en el que vivo desde hace 23 años (oh, finalmente un dato real sobre mí y a la vez una desilusión para los pocos lectores de este lugar que seguramente pensaban que tenía 14) sirve este blog en su totalidad. Aun así, hoy tengo ganas de hacer un update y siendo un resumen de los eventos sucedidos a lo largo de este mes es el movimiento más predecible que se puede hacer en un blog, es exactamente lo que voy a hacer.

Planeta Hot

Una de las primeras cosas que recuerdo del recientemente fenecido mes fue el live earth, del cual vi solo un par de imágenes, aunque increíblemente shockeantes y difíciles de digerir: una fue el pobre James Helfield completamente canoso, barbudo y listo para ir a Cuestión de Peso. Era una especie de Papá Noel del Metal. La otra imagen impactante fue un close up del cantante de UB40 actuando en África, el pobre tipo era un sudoroso elefante caucásico. Incluso un grupo de cazadores intentó dispararle para sacarle el marfil, pero el equipo de seguridad logró evitarlo.
Igual, el Live Earth en si fue como algo de difícil cuadre. O sea, para concientizar al mundo acerca del calentamiento global, esta gente no tuvo mejor idea que hacer conciertos re largos por todo el mundo en los que se gastaron miles de gigawatts de energía en luces, sonido, pantallas gigantes, transmisión de cientos de medios de todos lados y en los que además hubo millones de personas congregadas en un solo lugar generando basura. Es como que hacer una campaña repartiendo panfletos contra la tala de árboles para la fabricación de papel.

De gira

Otro evento muy cercano en fechas fue la beshísima nevada muchos lugares del país para el 9 de julio. No es importante para nada, pero ese día yo estuve en Buenos Aires dando vueltas durante el inicio mismo de la nevada. Desde "mira que loco estas cositas que se me quedan en la campera" cargando equipaje por Godoy Cruz y Santa Fe en Palermo, hasta "se me están quemando las manos de tanto frío y si sigo esperando el 71 voy a matar a alguien o largarme a llorar" Paraná y Panamericana en, lo que calculo, ya era Carapachay. Luego la nieve me acompaño hasta Retiro y de ahí todo el camino hasta Mendoza: jugando al Bingo Andesmar con el "asistente de abordo", comiendo pollo con gusto a arroz y arroz con gusto a cartón, hablando una vieja que me enseñó a jugar al sudoku, viendo un drama exageradamente conservador y derechista con The Rock, ahí presente siempre estuvo la nieve formando parte del paisaje en mi ventanilla. Lo que devino en la ultima cavilación antes de dormir: Nunca me ha pasado de ponerme paranoico. Tal vez nunca tomé tanto o mis sospechas son ciertas y ya lo soy sin ayuda de nada.

American Doll Posse

Durante julio conseguí unos discos buenísimos, pero me he encontrado -tal vez algo tarde- con el disco nuevo de Tori Amos, el cual recomiendo completamente. Un disco encarado por cinco mujeres distintas, cada una con sus temas, su estética y su blog particular. Si no lo has escuchado pedilo para el día del niño que es este mes. Pero original, así se aprecia mejor. A romper chanchos, mis valientes!

Cronología del Jarabe para la tos

Volví a estar enfermo este mes, pero ahora no voy a detallar el itinerario de esos días con fiebre y tos. Tras tomar el Mucosolvan volví a reconciliarme con los jarabes. Me hizo acordar a los jarabes que tomaba de muy chico. Ahí conformé un pequeño catalogo en el que, según mi paladar infantil, el mejor era el querido Trifamox 500. No se si existirá todavía, pero era lo que más me gustaba de enfermarme. Siempre quise bajarme una botella entera de ese elixir rosado, bastante espeso y con gusto a frutilla. Otro que solía tomar con frecuencia era el Rinatanic, pero era arenoso y de sabor algo amargo, solo me gustaba el color símil chocolate pero te palma un montón y es bastante feo, aunque nunca tanto como su hermano Rinatus (de etiqueta marrón, el otro venia con etiqueta verde), era la versión hardcore del Rinatanic, menos gusto, más arenosidad y casi tan espeso como el dulce de leche. Luego vino una etapa espantosa, en la que llegaron desconocidos algo transparentes con gusto a ceniza de frutilla, tales fueron el Mucoprednibron (un asco disfrazado de solución) y el Flurinol D que es como la heroína de los jarabes. Es re violento: bastante liquido y te sanas rápido y bien, pero el gusto a hospital que te deja no te lo sacas ni con dos semanas de buches con listerine.
Pero como el Mucosolvan me resulto dulce -sin ser empalagoso o for kids- , de buen color, agradable aroma y de textura intermedia es que, desde la garganta de Un Yo Saturado, le damos el ok. Ademas de haberme hecho revisar a sus predecesores y porque un dia todos juntos alcemos nuestras cucharas y brindemos por jarabes que permitan el buen desarrollo de los catarrientos hombres del mañana.

Salud!

Y así se fue julio