miércoles, 18 de julio de 2007

Autoayuda

Prólogo

Bien, debido a que los índices de popularidad de este blog están por el sótano es que he decidido dar un drástico giro en lo que refiere al material aquí expuesto. Desde hace años, de Richard Bach hasta Iliana Calabró, el género de autoayuda (que no se trata, según la creencia popular, de libros del ACA) ha sido lo que más ha contribuido a que los escritores de tales libros y los que los editan puedan construirse una casa de fin de semana en su isla privada.
De modo que este blog, en pos de lograr la popularidad y la aceptación masiva (o sea, aceptación más el 21%), se suma al género para intentar lograr que, aunque sea, alguien lea este espacio o me edite un libro y así me compro al menos un gordini.

Nota del autor: lo entre paréntesis puesto son chistes horribles para que algún productor se avive y me meta a Bailando por un Sueño.


Tu nueva actitud ante la vida

Sé que puede ser muy difícil, pero lo que debes hacer es despertar al Richard Dean Anderson
que llevas dentro y poder enfrentar cualquier situación y superar cualquier obstáculo con un gancho para la ropa, un cable de teléfono y tres tostadas de gluten. También sé, mi querido lector que esto puede llegar a parecerte una tomada de cabello, pero en realidad quiero que comprendas la profunda alegoría que se esconde en estos elementos. El gancho para la ropa es tu fortaleza, con lo que tu sostienes la ropa mojada de tu ser. El cable de teléfono es la forma en la que te conectas y te manejas con el mundo exterior. Y, finalmente, las tres tostadas de gluten conforman los rasgos te tu personalidad y está en ti el saber qué le pones a tus tostadas. Si les pones dulce quiere decir que eres alguien querible por todos, menos por las chicas que se cuidan porque no le pones dulce bajas calorías, si le pones sólo manteca eres introvertido y cuentas con un mundo interior muy vasto y si le pones manteca con azúcar es porque eres muy versátil y tus aspiraciones artísticas son altas, ya que sabes mostrar tu mundo interior y decorarlo para que la gente sepa apreciarlo.
Una vez sacado a la luz el Richard Dean Anderson (o simplemente RDA) que llevas dentro debes dejarlo reposar 20 minutos y luego hornear a 180° C durante 20 minutos. Después salpimentarlo a gusto y finalmente mostrarlo (y mostrarte) al mundo.


Consejos para que levantes tu autoestima:

  • Mírate todos los días al espejo y en vez de decir "no puedo, soy un espanto que merece ser sentenciado a una eternidad de tormentos en las entrañas del infierno", intenta decir "yo no soy horrible. En todo caso lo serán mis padres que me hicieron así, de modo que ellos merecen ser sentenciados a una eternidad de tormentos en las entrañas del infierno, no yo".
  • Sonríe! Aquí una pequeña historia para que veas los beneficios de una sonrisa. Había una vez un Conejito en el bosque que fue a una entrevista laboral para trabajar de hiena en el elenco de "El Rey León on Ice", Paolo el rockero y Nazarena Vélez ya habían sido seleccionados como hienas en el elenco y sólo quedaba un solo puesto. El Conejito estaba tremandamente nervioso y esperando a que le tomaran la prueba. Como Paolo pudo ver el manojo de nervios era el pobre conejo, le ofreció una pitada como para que baje un toque. De pronto, mientras el Conejito exhalaba el humo de sus pulmones, Badía lo llama para pedirle que pase a su oficina para comenzar con la entrevista. Cuando el fan de los beatles le dijo "Decime...yo a vos te veo, muy conejil, con mucha zanahoria y como con un espíritu empeluchado..." entonces el conejo, en medio de su nerviosismo y pensando en que ya le estaban por debitar lo que había sacado con la tarjeta, al escuchar "espíritu empeluchado" no pudo más que escupir una carcajada estruendosa. Badía, al oírlo dejó de hablar. Luego de una pausa algo prolongada, dijo "Si te soy sincero, creo que puedo ver en vos a la hiena que estamos buscando". Fin
Note entonces que si puede esgrimir una sonrisa en el momento adecuado, al menos podrá aspirar a un trabajo que requiera las habilidades de Paolo y Nazarena.


Fin de la primera parte.