jueves, 27 de noviembre de 2008

Floreal Mario

La vida de este artista fue muy breve, y aún así, muy intensa. Para citar un ejemplo a los 19 años ya había pasado por su segundo matrimonio, por cuatro oficios fallidos, por su primer intento de rehabilitación y había sido echado de varias provincias por diversos motivos, ninguno de los cuales narrable en menos de cuatro páginas.
Floreal, al igual que su reloj pulsera, fue un adelantado a su tiempo; no sólo por llegar temprano a todo lugar al que se le citara (dada la condición de su reloj), sino también por ser, entre otras cosas, el inventor de lo que muchas décadas después de su muerte se dio en llamar fotolog. Floreal Mario solía colgar sobre las rejas de su casa un afiche con una foto que él mismo revelaba en su pieza acompañada de un texto de su composición, donde también dejaba un espacio abajo (junto con un lapiz atado) para que sus amigos, vecinos y novias pudieran dejarle sus comentarios, saludos e informarle de actividades o pedirle favores.
Mario nació a una muy tierna edad -como era la costumbre por aquel entonces- durante el transcurso de algún día del año 1937, en algún lugar todavía no establecido de la provincia argentina de San Juan. De chico nunca le gustó estar donde fuere que su paradero estuviera en ese momento, de modo que su vida fue una mudanza constante y voluntaria. Floreal vivió, según se tiene registro, en Neuquén, Buenos Aires, Mendoza y El Chaco (Argentina), en Porto Velho (Brasil), en Yopal y Arauca (Colombia), en Bath y Stratford Upon Avon (Inglaterra) y después de ahí dio muchas vueltas por Europa continental hasta que la muerte le sobrevino a los 31 años, en forma incierta y en un lugar que escapa a las certezas que maneja este narrador.
Floreal Mario fue, además de un infatigable viajero, un gran poeta (o al menos eso es lo que dice la copia del diario personal de Mario que ha llegado a nuestras manos, y si no lo fue, al menos lo intentó) y una injusticia en la cual esta pequeña biografía no caerá, es en pasar por alto parte de la obra de Floreal. Más precisamente lo que a continuación será mostrado corresponde a la etapa en la que Floreal vivió en Pampa del Infierno, donde compartió amoríos con la célebre cantante de cowpunk Peggy Jo Mario, entre otras.

No, gracias (Fragmento)

No estoy para besarte
Ni para decirte cosas al oído
No estoy para mirarte
Ni para recitarte un verso sentido

Porque soy una ausencia
Y porque en mí no existe la paciencia

No me pidas que me ría de tus chistes
O que sea lo que en tu mente viste
Porque hay muchas cosas que ser no puedo
Y otras tantas que simplemente no quiero