Ch-ch-ch-ch-changes!
En esta misma semana coincidieron los cambios de contraseña de mi mail, de la tarjeta débito y del usuario de la pc del laburo. Además todavía hace poco que (finalmente) me corté el pelo y que (también finalmente) cambié las cuerdas del bajo. Así que estoy perdidísimo y cada cosa que hago tiene una dosis de temor y precaución que antes desconocía.