viernes, 22 de junio de 2007

Días Exprimidos (Jueves Lemon - 2da parte)

Lo siguiente corresponde a un estracto del libro titulado "Días Exprimidos, Autobiografía de Jueves Lemon" que es un compilado de anécdotas de la vida de este gran artista. Un libro de un gran valor histórico que fue escrito por Laura Silvina Normanda Dezi, de la cual alguna vez se rumoreó que había tenido un affair con Jueves. Lo que mostraremos a continuación es un pequeño fragmento que grafica como fue gran parte de la vida de este gran trovador o cómo fue tan solo una pequeña parte. Así comienza el libro.

Era un una fría mañana de enero, o tal vez una calurosa madrugada de julio. O quizá fue al revés, ya que tampoco recuerdo de qué lado del Ecuador estaba. Pero si tengo que recordar algo de aquel día que tanto me marcó, tal vez sea la...la ¿cómo se dice? ¿Viste eso que no te quedó muy claro en la mente, como cuando la sensación es de que no te sale la palabra? Bueno, eso...
Estaba en el estudio grabando arreglos de maracas y congas para una sonata barroca de cámara. Era en la época en la que estaba tocando con un cuarteto de cuerdas, o "bajo" como suelen llamarle en las casas de instrumentos, y de repente comprendí que jamás intentado tocar algún instrumento. En plena confusión y con el asistente de grabación avisándome que la cinta estaba lista, comencé a tocar lo que luego se convirtió en mi primer single. La hoy muy conocida guaracha "La codicia del Delfincico". Ahora que recuerdo el titulo, en realidad no era una guaracha, sino que era un ballenato.
Fue así entonces, que me sumergí de lleno en el mundo de la mú...(sigue en pag. 34)

domingo, 17 de junio de 2007

Especial Día del Padre

Después del almuerzo familiar y de te luciste regalandole:
a) una traba de corbata igual que la que le venis regalando desde los 9
b) la corbata de Los Tres Chiflados
c) Una navaja suiza que conseguiste re barata en Mercado Libre
d) una camisa dos talles más chica
e) una lapicera pesadísima y con más detalles dorados que el living de Mirtha Legrand
f) una chocotorta no muy solida que mañana lo tendrá pasándose el feriado tomando buscapina
g) un VHS con todos los goles de Maradona
h) un cd que vos pensaste que era de Tango, pero terminó siendo "Goyeneche for Babies" o "Chill-ambient-resto-bistro-down tempo-Milonga FTV 07"
i) un porta retratos
j) un dibujo muy emotivo donde dibujaste tu mano con tempera con la frase "TEQIERO MUCHO PAPA!", que no estaría tan mal si no tuvieras 23, hubieras usado temperas de verdad y no el maquillaje de tu vieja y si hubieras usado una hoja en blanco en vez una factura -vencida e impaga- del teléfono.
k) un perfume que solo dice "For Man" y es de 3 litros

Podes irte al video y buscar:

Big Fish - Tim Burton
Acá hijo William y padre Edward Bloom tienen dos modos muy distintos de acercarse a su historia. William creció escuchando los cuentos hiper fantásticos y aventureros que su padre le contaba como cualquier anécdota de su vida, lo que lo llevó a (ya superada la infancia) ser lo completamente opuesto y en un punto lo saca completamente y se aleja, pensando que simplemente es un mentiroso compulsivo. La película va desentramando esa dialéctica de la historia tal cual la contaba su padre y la reconstrucción empírica que lleva a cabo su hijo que, al saber que su padre está muy enfermo, quiere armar la historia detrás del gigantesco muro de mentiras muy lindas que siempre le contó Edward. Y llega al momento donde todo eso que alejaba a William de su padre (por parecerle a el que era una mascara que le ocultaba quien era el hombre sin esas historias) empieza a mostrarle donde está la esencia de la persona que buscaba.



Derecho de Familia - Daniel Burman
Padre e hijo abogados. Padre respetadísimo y prestigioso en ese medio ambiente. La narración se lleva a cabo desde la óptica de Perelman hijo, que se siente todo el tiempo a la sombra de su padre, muestra su rutina y sus modos como un narrador que se sabe ajeno por no sentirse competente o a la altura de su padre. La historia se anuda cuando Perelman padre le propone que le ayude con un caso y de ahí en adelante cada decisión que toma se convierte en fundamental a la hora de observar e indagar el lugar que está ocupando además de como hijo, también como padre y como marido. Se siente por momentos desmedidamente inútil y a veces eso también le impide ver muchas señales de otras cosas que está viviendo su padre. Y muchas cosas logra resolverlas solamente después de haberlas pasado.




Otras películas que hablan de la paternidad, pero harían este post muy largo: La Vida Acuática, Camino a la Perdición, Eraserhead.




lunes, 4 de junio de 2007

Pequeña biografía de Jueves Lemon (parte 1)

Si bien no se tienen precisiones acerca de la fecha o lugar de nacimiento, lo único que se sabe a ciencia cierta acerca de este celebre compositor es que fue traído al mundo en la cocina de un restaurante y, muy probablemente, también fue concebido en el mismo lugar ya que su madre era mesera. Vivió en autos de muchas ciudades y pueblos a lo largo del mundo y su vida tuvo un trágico desenlace cuando –literalmente- se descorchó la cabeza mientras abría una agitada botella de champagne con motivo de su cumpleaños. Tal vez esa haya sido la única prolijidad que tuvo el recordado Jueves, que vivió 59 años completos, ni un día de más o de menos.
Durante su juventud formó parte de varias bandas en las cuales se
desempeñó en diferentes roles. Fue baterista de los Lazy Moaning Kings, trompetista del quinteto de jazz Luciérnaga, bajista de The Blamers, del dúo Laura y Jueves, segundo guitarrista de los Wallpainters, bandoneonista de la Orquesta Típica Pocamonta, frontman de Los Deadly Espantapájaros y manager de las Waitress from Hell, entre otras cosas que hizo dentro del mundo de la música. Una vez incluso, casi de casualidad, dirigió a la Orquesta Filarmónica de Santiago del Estero durante una breve gira por Oregon.
Pero en esta entrega de la extensa e interesante vida de Lemon, hemos rescatado (para el deleite de los lectores) algunas de las letras de su etapa solista. En esta ocasión les mostramos una canción pertenece a un casi desconocido disco que fue editado por un sello checo en el año 1953. El t
ítulo del álbum era “Cucharas para Cavar”.

Las Mentiras de Rita (waltz)

Mi hermana me advirtió,
Antes de casarme, antes de decir que sí

Y antes del arroz en mi cara,
Que Rita nunca me amó

Que tenía una triste maldición entre los labios

Labios en los que la verdad moría
Moría como un conejo en la cueva de una serpiente

Fue maldita por su belleza
Yo atrapado por ella
La envidia de todas se materializó en una lengua cruel
Tan cruel que emborrachaba a la sinceridad
Y transformaba sus deseos

Y ahora sé
Que Rita nunca me amó
Que tenía una triste maldición entre los labios
Labios en los que la verdad moría
Moría como un conejo en la cueva de una serpiente

Si quería que la abracen, echaba a todo al que tuviera cerca
Si odiaba a sus primas, las llenaba de halagos y regalos
Si adoraba algo, lo despreciaba con su mirada y sus negras palabras
Así que vivía en la infelicidad
Así que, por ende, sonreía

Yo al pueblo recién estaba llegando
Cuando una noche nos encontramos bailando
Dijo que era su tipo
Que mi perfume la había cautivado

Y que mis palabras le endulzaron su puro corazón
Nos casamos a los dos meses
Presos de una turbulenta pasión

Pero ahora sé
Que Rita nunca me amó
Que tenía una triste maldición entre los labios
Labios en los que la verdad moría
Moría como un conejo en la cueva de una serpiente

Y aquel día del que nunca volvió
Con una soga entre sus manos y el puente como destino

Con un beso en la frente me despidió

Yo sabia que no volvería
Porque dijo:
“Amor, vuelvo en seguida

Solo voy a la iglesia
A rezar por mi vida”.

domingo, 3 de junio de 2007

In media res

Hacía días que venía preocupado, aunque tal vez ni siquiera eso, pero su cara era la de alguien preocupado. Había olvidado algunas amistades y también algunos teléfonos. Había olvidado promesas y recuerdos que cuando lo atacaban lo hacían sonrojar de vergüenza, quizá de esa vergüenza que no supo tener en el momento. No tanto por despreocupado como por inconsciente.
Luego de varios minutos arriba del micro logró dejar su mente en blanco, tarea por demás difícil para él, puesto que siempre estaba dando vueltas sobre los mismos asuntos de su falta de talento para todo, su falta de compromiso para todo y su falta de experiencia en todo. Creo haberlo notado alguna vez muy cansado de sí mismo, o al menos de su modo de pensar. A mí siempre me resultó un tanto esquivo y, por lo poco que demostraba, parecía no caerle muy en gracia este que relata. Pero eso no es relevante, aunque cabe la posibilidad de que lo sea. En cualquier caso, todo lo anteriormente dicho puede llegar a resultar igual de irrelevante. El tema era que yo no le caía muy bien, pero aparentemente él tampoco se tenía en mucha estima. Cierta vez, después de muchos discos escuchados y muchas rondas de mate, le confesó a una de sus amigas lo podrido que se tenía. Ella, comprensiva, le dijo que ya era hora. Hizo bien, yo le hubiera dicho lo mismo. Es más, buena parte de sus conocidos se lo hubiese gritado en la cara, dejándole gotas de saliva dispersas en su cara un tanto grasosa. Escucharlo más de media hora hablar de sus taras, era una empresa tan poco realizable como cuando yo le pedía tres helados de palito al heladero, los ingería con tal rapidez que el frío llegaba a paralizarme el lóbulo frontal y salía corriendo en dirección a la calesita, con la intención de dar cuatro vueltas seguidas sin sentir que todo se hundiera detrás de mi nariz y el aire pasara a ser una pasta amarilla que nublaba las siestas. Pero lo terrible no era otra cosa más que su insistencia, alguien le habría hecho un gran beneficio si le hubiese sugerido el silencio. Aunque ahora que lo pienso, el mareo de la calesita era tan devastador y temible que no había tarde en la que no le pidiera monedas a mi abuelo y saliera sacudiendo los cordones detrás de la bicicleta del tipo de los helados, a quien todos le decíamos Javier sin ningún fundamento real. En cambio escucharlo a este pibe era algo a lo que no muchos de sus conocidos estaban dispuestos.
Quizá nunca llegue el día en que él lo admita, pero su actitud era tremendamente egocéntrica. De algún modo todo lo que decía era con el inconsciente fin de que alguien le diera una palmada en el hombro, le sacudiera la caspa y le dijera “no, pero si sos re bueno en lo que hacés”. Por suerte a nadie se le había ocurrido aquel rápido aliciente, y menos a Lucía que, casi sin escapadas por tangentes diversas, le dijo lo bien que hacía en sentirse un pesado quemabochos.
Lucía era de movimientos delicados, podría alguien decir; pero no estoy seguro que “delicados” sea el calificativo adecuado. En sus gestos, sus movimientos, parecía haber una doble conciencia del espacio, parecía pedir permiso entre los vaivenes del aire, entre el crepitar de las hojas que se pisan sin querer en la plaza, cuando promedia mayo. Había un equilibrio casi perfecto entre ella y el resto del mundo. Lucía sabía tomar distancia de la distancia. Y el espacio del que se adueñaba (y del que todavía se adueña, porque lo estoy diciendo en pretérito pero ella es lo más presente de este relato) era el único lugar que resultaba más insondable que el entrelazado de su pelo negro. Ella tiene guardada en su cartera la melancolía que hasta el más desprevenido puede hallar en el ruido de la lluvia.
Pero bueno, el tema era que hacía bastante que este tipo venía preocupado por algo, su ceño no era otra cosa que una visera de carne y pelos que lo único que hacía era mostrar lo poco presente que estaba en las trivialidades de que le den bien el vuelto y.
Teóricamente esa es la situación inicial para que luego el personaje se vea en un conflicto, lo resuelva y todo termine. Y así queden todos tranquilos.

sábado, 2 de junio de 2007

Un Yo Saturado Le hace el Aguante a este Show

Venga, hombre! Y así se divierte un rato